Ahora en agosto, mes por excelencia de fiestas populares y festivales de música queremos dedicar un tiempo de reflexión a la importancia de protegernos del ruido. La OMS cifra en más de 1 billón de jóvenes entre 12 y 35 años con riesgo de sufrir pérdida auditiva por exposición a niveles altos de ruido en el ámbito social y recreativo.
Al igual que la piel se enrojece cuando no la protegemos del sol y se quema, el oído también da señales de que nos hemos pasado con el sonido al que hemos estado expuestos. Todos o casi todos, hemos sufrido en alguna ocasión un pitido persistente tras una noche de fiesta, un concierto, etc. Este sonido es una señal inequívoca de que el oído ha estado sometido a un nivel excesivo de ruido de manera más o menos continuada. Si este pitido (tinnitus) permanece en el tiempo y no desaparece es posible que hayamos perdido capacidad auditiva.
Una persona que escucha con normalidad puede oír en el umbral de 20 dBs en ambos oídos. Si este umbral es más alto, significa que podemos tener algún tipo de pérdida auditiva. Esta puede ser leve, moderada, severa o profunda y sus consecuencias van desde dificultad a la hora de comunicarse hasta ser altamente discapacitante social y laboralmente.
Afortunadamente, en el terreno laboral, estamos acostumbrados a revisarnos los oídos periódicamente si estamos expuestos a ruido, y a tomar medidas de precaución y prevención. Sin embargo, fuera del él, a veces no somos conscientes del ruido que nos rodea y al que nos exponemos con mayor o menor asiduidad (cascos de música, volumen de altavoces, conciertos, etc). Por ello queremos darte unos consejos muy básicos y sencillos para que cuides de tus oídos este verano (y siempre).
-Para 5 segundos. Aprende a escuchar el ruido que te rodea y toma consciencia de él.
-Ajusta el volumen de los altavoces y cascos a máximo el 50- 60% de su capacidad. Subir el volumen del dispositivo a tope solo hará que tus oídos sufran en exceso.
– Aléjate de las fuentes de ruido más estridentes y si no puedes, protege mediante tapones tus oídos.
– Intercala periodos de descanso o silencio para tus oídos cuando te encuentres en entornos muy ruidosos.
– Realiza exámenes periódicos si comienzas a tener dificultades a la hora de seguir conversaciones.